Teoría sobre la neurobiología de las emociones y los sentimientos. *

Por la Dra. Eugenia Fernández Gambinals**

“Un solo cerebro, al ser más amplio que el cielo, puede acomodar confortablemente el intelecto de un buen hombre, y, además, el mundo entero.” Emily Dickinson.

Existe un cúmulo importante de trabajos científicos vinculados con la mente, el cuerpo, las emociones y los sentimientos. Tomaré la línea abordada sobre el tema de la neurobiología de las emociones y sentimientos del  Dr. Antonio Damasio (Neurólogo en ejercicio de la Universidad de Southern California. USA. Instituto del Cerebro y la Creatividad;  y además profesor de la materia Psicología, Neurociencias y Neurología en esa universidad). La robustez de la información obtenida gracias a sus investigaciones en neurociencias y las numerosas publicaciones en prestigiosas revistas científicas, hacen de este colega, un referente confiable a la hora de adentrase en temas vinculados con la biología del funcionamiento del cerebro.

A continuación, un primer resumen sobre su teoría acerca de la neurobiología de las emociones y los sentimientos, la cual fue publicada en el libro “En busca de Spinoza. Neurobiología de la emoción y los sentimientos.”

Resulta interesante el diálogo entre Damasio y  las proposiciones del  filósofo holandés Spinoza (1632 -1677) en cuanto a la esencia del ser humano y sus afectos.
Damasio, de alguna manera, reivindica la importancia de Spinoza en la comprensión de estos temas, lo jerarquiza mencionando: “Para Spinoza la mente y el cuerpo eran atributos paralelos (manifestaciones) de la misma sustancia.”…”La mente humana es la idea del cuerpo humano.” (Extraído de Ética, partes 1 y 3 respectivamente).
Damasio reconoce que a lo largo de la historia, uno de los valores de la filosofía es que ha prefigurado la ciencia. La obra de Spinoza es más famosa que conocida, así como su aporte para las bases del estudio de las neurociencias.

Damasio aclara en su libro que separamos mente y cuerpo bajo el microscopio de la biología porque queremos saber cómo funciona  y de qué manera los aspectos que son el cuerpo y la mente se generan en su interior. Esta es una advertencia que debemos tener presente en todo momento, ya que nos permite entender los mecanismos implicados, pero dicha escisión no debe ser entendida como lo que realmente sucede en términos fisiológicos. La naturaleza de estos procesos es compleja, al estudiarla necesitamos quizás categorizar y hasta dividir arbitrariamente. Eso no significa que en la práctica funcione de esa manera.

En el contexto de esta teoría, se definen como emociones,  a las acciones o movimientos, muchos de ellos públicos, visibles en la cara, la voz y las conductas corporales. “Las emociones se representan en el teatro del cuerpo mientras que los sentimientos se representan en el teatro de la mente.”
Las emociones y las reacciones relacionadas parecen preceder a los sentimientos en la historia de la vida. Son el fundamento de los sentimientos, los acontecimientos mentales que forman la base sólida de nuestra mente.

Todos los organismos vivos nacen con dispositivos diseñados para resolver automáticamente, sin requerir del razonamiento, los problemas “básicos” de la vida (encontrar fuentes de energía, mantener el equilibrio químico de su interior, conservar la estructura). El término homeostasis define el conjunto de las regulaciones y el estado resultante de la vida regulada. Damasio recalca inteligentemente,  que sería más apropiado el término homeodinámica, que sugiere el proceso de buscar un ajuste y no un punto fijo de equilibrio. (Se destaca el aporte de Steven Rose, neurólogo e investigador inglés,  en la introducción de este concepto).
El objetivo de los esfuerzos homeostáticos es conseguir un estado de bienestar.
En ese sentido, se destaca la importancia del aprendizaje a lo largo de la vida, que determinará cuándo y de qué forma se pondrá en juego la maquinaria homeostática del
COMPORTAMIENTO/INSTINTOS/EMOCION/SENTIMIENTO.

Para Spinoza “…cada criatura, en la medida que puede por su propio poder, se esfuerza para preservar en su ser…””…el empeño mediante el que cada criatura se esfuerza para preservar en su ser ni es otra cosa que la esencia real de la criatura.” (Proposiciones 6, 7 y 8. Ética, parte III ). Spinoza define al conatus, que incluye el ímpetu por la autopreservación frente al peligro y las oportunidades, como las múltiples acciones de autopreservación que mantienen juntas las partes del cuerpo.
El conatus continúa formando el mismo individuo y respetando el mismo diseño estructural.

Es necesario realizar una salvedad importante a esta altura. La diferencia cualitativa entre emociones y reflejos. La multiplicidad de componentes y su coordinación distinguen a las reacciones asociadas a la emoción, de los reflejos. Es mejor decir que las emociones son colecciones de respuesta reflejas, algunas muy complejas y todas bastante bien coordinadas, que permiten que un organismo responda a determinados problemas con una solución efectiva.

Se proponen, con fines de investigación, las siguientes “categorías o componentes” de las emociones:

1)      EMOCIONES DE FONDO: Son expresiones compuestas de las acciones reguladoras homeostáticas en la medida en que se desarrollan. Incluyen ajustes metabólicos asociados a cualquier necesidad interna o situación externa que se esté evaluando y manejando mediante otras emociones, apetitos o cálculos intelectuales. Un ejemplo: cuando nos preguntan “Cómo estás?”, consultamos este “estado de ánimo” (alto o bajo nivel de energía, malestar como cuando nos estamos por enfermar, estados de fatiga, etc.)
2)      EMOCIONES PRIMARIAS: Son el miedo, la ira, el asco, la sorpresa, la tristeza, la felicidad. Son identificables en las diferentes culturas de los humanos y también en especies no humanas.
3)      EMOCIONES SOCIALES: Son la simpatía, la turbación, la vergüenza, la culpa, el orgullo, la envidia, la gratitud, la admiración, la indignación, el desdén.
El principio de anidamiento de lo sencillo dentro de lo complejo asegura que la finalidad de regulación siga estando presente en los escalones superiores de la cadena de eventos que derivan en los sentimientos. En el caso de las emociones sociales, se aplica el principio, ya que las mismas están compuestas por los elementos procedentes de las “líneas inferiores”. Ej. El desdén, en general toma la expresión facial y las conductas relacionadas con el asco/repugnancia, la cual es una emoción primaria que evolucionó en asociación con el rechazo  automático y beneficioso de alimentos potencialmente tóxicos.
Asimismo, los ingredientes de dolor/placer se hacen evidentes bajo la superficie de las emociones sociales, aunque más sutil que en las emociones primarias.
Damasio  propone a las emociones sociales dentro del desarrollo de mecanismos culturales complejos de regulación social. Ej. Dominancia/dependencia. En la provocación y ejecución de dichas conductas se pone en evidencia la forma en que determinados rasgos físicos y el porte de un individuo promueve en otros sujetos determinadas respuestas emocionales.

A diferencia de las emociones, los APETITOS e INSTINTOS, responden generalmente a estímulos internos, incluso se puede observar en seres no humanos como algunos instintos se pueden comportar cíclicamente. (Ej. Ciclos de apareamiento/nacimiento y cría). Las emociones, en cambio, tienen lugar en cualquier momento y pueden mantenerse a lo largo del tiempo. Cabe destacar que las emociones influyen sobre los apetitos. (Ej.: La tristeza, el miedo, el asco influyen negativamente, o sea, inhibiendo el hambre y los instintos sexuales.)

Damasio propone la hipótesis en cuanto a que las emociones proporcionan un medio natural para que el cerebro y la mente evalúen el ambiente interior y exterior al organismo y poder responder en consecuencia y de manera adaptativa.  Procesamos de forma conciente y otras veces sin conocimiento conciente, un estímulo emocionalmente competente (EEC) y lo hacemos relacionándolo con otro estímulos y su conexión con el pasado. En efecto, uno de los objetivos clave de nuestro desarrollo educativo, es interponer un paso evaluativo no automático entre los objetos causativos y las respuestas emocionales.
La comprensión conciente del contexto, y el conocimiento de las consecuencias futuras de cada aspecto de nuestro propio comportamiento nos ayuda a decidir la supresión  de la expresión natural de la emoción, en la medida que esto resulte adaptativo.
En cuanto a cuáles pueden ser los EEC, se destaca que pueden ser tanto reales o recordados, y a su vez un hecho inconciente puede llevar a una emoción actual. Ya sea una imagen presente o reconstruida que se recuerda, el tipo de efecto (emoción) es el mismo. Aún padeciendo determinadas lesiones corticales cerebrales, que implican síndromes con ceguera o desatención de un campo visual, hay estudios que muestran, que aún así, los estímulos pueden ser igualmente procesados por las áreas correspondientes.

El procesamiento de las emociones implica una ruta dual: el flujo de los contenidos mentales que preparan a los desencadenantes para las respuestas emocionales, y las mismas rutas ejecutadas, son las que constituyen las emociones, que eventualmente conducen a los sentimientos.
La cadena que empieza con el desencadenamiento de la emoción y continúa con su ejecución, sigue con el establecimiento de los sustratos para el sentimiento en las regiones  cerebrales que son sensorias corporales apropiadas.

Los sentimientos son tan mentales como los objetos o acontecimientos que desencadenaron las emociones. Lo que hace a los sentimientos distintivos como fenómenos mentales es su origen y contenido particulares, el estado del cuerpo del organismo, real o tal como se cartografía en las regiones cerebrales somatosensoriales.

Cuando pensamientos normalmente causativos de emociones aparecen en la mente, producen emociones, las cuales dan origen a sentimientos, y éstos evocan otros pensamientos temáticamente relacionados y que es probable que amplifiquen el estado emocional. Incluso pueden funcionar como disparadores independientes de emociones adicionales y así potenciar el estado afectivo en curso.

Es por ello, que existe una dependencia del sentimiento respecto de la emoción y la memoria. (La emoción tristeza lleva a sentimientos de tristeza los cuales llevan a pensamientos de tristeza.)

Hasta aquí, podemos decir que el primer dispositivo, la emoción, permitió a los organismos responder de forma efectiva pero no creativamente a una serie de circunstancias  favorables o amenazadoras para la vida, con resultados “buenos para la vida” o “malos para la vida”. El segundo dispositivo, los sentimientos introdujo una alerta mental para las circunstancias buenas o malas y prolongó el impacto de las emociones al afectar de manera permanente la atención y la memoria. Finalmente en una fructífera combinación con los recuerdos pasados, la imaginación y el razonamiento, los sentimientos condujeron a la aparición de la previsión y a la posibilidad de crear nuevas respuestas, no estereotipadas. En el principio fue la emoción…pero en el principio de la emoción, fue la acción.

Adentrándonos en el concepto de los sentimientos, Damasio propone que surgen de cualquier conjunto de reacciones homeostáticas, no únicamente de las emociones propiamente dichas. Traducen el estado de vida en curso en el lenguaje de la mente.

Los sentimientos son percepciones, que tienen lugar en los mapas corporales del cerebro, mapas tanto de las partes como de los estados del cuerpo. Alguna variación del placer/dolor es un contenido consistente de la percepción que denominamos sentimiento.

Damasio presenta una hipótesis a modo de definición: “Un sentimiento es la percepción de un determinado estado del cuerpo junto con la percepción de un determinado modo de pensar y de pensamientos con determinados temas.”
En esencia, un sentimiento es una idea, una idea del cuerpo. De manera todavía más concreta, es una idea de un determinado aspecto del cuerpo, de su interior, en determinadas circunstancias.

Entonces, el origen de los sentimientos está en el cuerpo y existen muchas partes del mismo que están siendo cartografiadas continuamente en varias estructuras cerebrales.

Los contenidos de dichas percepciones son los diversos estados corporales representados por los mapas que describen el cuerpo en una gama de posibilidades.

Los sustratos inmediatos de los sentimientos son las cartografías de innumerables aspectos de estados corporales en las regiones sensoriales diseñadas para recibir señales procedentes del cuerpo.

Cabe destacar que la intensidad de los sentimientos está relacionada con el grado de correcciones necesarias en los estados negativos, y con el nivel en que los estados positivos superan el punto homeostático establecido en la dirección óptima.
La valencia positiva o negativa adjudicada a determinados sentimientos está relacionada con la fluidez o tensión del proceso vital.
Sentir dolor o placer consiste en poseer procesos biológicos en los que nuestra imagen del cuerpo, tal como se refleja en los mapas corporales del cerebro, esté conformada en función de un determinado patrón.

En resumen, el contenido de los sentimientos son las configuraciones del estado corporal representadas en los mapas somatosensoriales. Los patrones transitorios del estado corporal cambian rápidamente bajo las influencias mutuas y reverberantes de cerebro y cuerpo durante el despliegue de una ocasión de sentimiento.

Finalmente, Damasio agrega que no es probable que las células vivas que constituyen regiones cerebrales somatosensoriales, así como las rutas neurales que transmiten señales desde el cuerpo al cerebro, sean piezas indiferentes de maquinaria. Seguramente realizan una contribución crítica a la calidad de las percepciones que denominamos sensaciones y sentimientos.


BIBLIOGRAFÍA:

Antonio Damasio. “En busca de Spinoza. Neurobiología de la emoción y los sentimientos.” Ed Crítica. 5ta reimpresión. Octubre 2007. Barcelona.

* Este artículo formó parte de la exposición de la Dra. Eugenia Fernández Gambinals del día 11 de junio de 2009, en el marco de la investigación La función del oído interno en el trabajo del intérprete, músico y / o actor, realizada gracias a una beca grupal nacional en el área Teatro del Fondo Nacional de las Artes.

** Médica psiquiatra, docente.
Contacto: eugeniafernandezg@gmail.com